El año universitario penduló entre los éxitos académicos y los desmanejos administrativos, que dejaron al descubierto abusos en el uso de los bienes del Estado nacional. También fue un año de elecciones con las que se renovaron los consejos directivos de las facultades y parte del Consejo Superior. Una instancia electoral intermedia que agitó -aún más- el espíritu universitario.
Los resultados obligaron al oficialismo a reagruparse para no perder fuerza y a la oposición a tomar conciencia de que puede ser un contrapeso interesante.
La administración de Alicia Bardón y José García debió surfear con un déficit histórico de $365 millones y las exigencias de la Nación de sanear las cuentas. Con el cambio del signo político nacional, la nueva autoridades del Ministerio de Educación de la Nación exigieron medidas concretas. La Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) se reunió con autoridades y funcionarios de la casa de Juan B. Terán. El mensaje fue claro: sin achicamiento del gasto no habría auxilio económico.
En noviembre -con el cambio del equipo Económico Administrativo en el medio- se firmó un acta acuerdo con puntos concretos para empezar a bajar el déficit. Además se acordó una cogestión con la Nación para monitorear todo. Se le prohibió a la UNT seguir nombrando personal y se le solicitó que se pusiera al día con los sistemas de registración del gasto.
En el año hubo tres hechos que movilizaron a la opinión pública. Primero, el escándalo de las casas de la Residencia de Horco Molle. La investigación reveló que de las 36 viviendas que posee la UNT en ese paraje del pedemonte (pensadas como moradas para investigadores) casi la mitad estaba ocupada y no pagaban alquiler. Estas irregularidades derivaron en el desplazamiento del director de Residencias Universitarias. Algunos inquilinos pagaron u ofrecieron formas de hacerlo y también desocuparon las viviendas.
Los más de 70.000 segundos de publicidad electoral a favor del Frente para la Victoria (FpV) que transmitió Canal 10 en agosto de 2015 y que no se facturaron en su momento también causaron controversia dentro y fuera de la universidad. Ese “regalo” de segundos de aire en un canal estatal empujó a la renuncia a los miembros del directorio que representaban el 70% que la UNT posee de la empresa. Con unas semanas de diferencia también fue reemplazado el director del 30% de la Provincia, quien fue señalado como el responsable de la incorporación de esa publicidad sin autorización. Se renovó la cúpula del canal y se retomaron las conversaciones por la deuda de $3,6 millones con el PJ.
Finalmente, por primera vez en la UNT renunció un funcionario a causa de una denuncia por acoso laboral y sexual de tres trabajadoras no docentes.
En el año del Bicentenario, la UNT fue anfitriona del plenario de rectores del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), realizado en julio en la sede de la Legislatura. Estuvieron el ministro de Educación nacional, Esteban Bullrich, y las máximas autoridades de más de 50 universidades públicas del país.
También continuó sesionando la Asamblea Universitaria, que aprobó la modificación de artículos que integrarán el renovado Estatuto. ¿Será 2017 el año en el que concluya la etapa de debate?
La universidad asumió el compromiso de someterse en 2017 a un proceso de autoevaluación y evaluación externa de la calidad académica.
Un triunfo del gremio docente, Adiunt, fue la convalidación que hizo el Consejo Superior del Convenio Colectivo de Trabajo. Además, se aprobó el régimen de concursos para el ingreso y recategorización del personal no docente.
El año cerró con una gestión en el Ministerio de Educación, gracias a las que se consiguió un compromiso de envío de $134 millones que oxigenará las cuentas.